El informe elaborado por IT Research del que nos hacíamos eco en nuestro blog ya adelantaba que la ciberseguridad es uno de los principales objetivos y, a la vez, retos, al que se enfrentan las empresas en su proceso de digitalización. Tanto así que muchas de ellas apuestan por elevar los presupuestos y otras les dan la mayor prioridad dentro de las partidas disponibles. Sin embargo, todavía hay corporaciones ajenas a todos los riesgos que la red podría acarrearles. Un 7,14% de los encuestados declaraba no haber comenzado ningún proceso que incluyese ciberseguridad y hasta un 12,86% declaraba tenerlo muy poco avanzado.
Aunque no tenga ninguna base más allá de que suelen ser noticias que rara vez abren los telediarios -algo que en el caso de las grandes empresas sí ocurre transformándose en un escándalo- lo cierto es que las pymes corren un gran riesgo al no tomarse demasiado en serio el hecho de que son potenciales objetivos. Una empresa de reducidas dimensiones cree erróneamente que no es lo suficientemente “jugosa” como para llamar la atención de los hackers. Eso implica que será realmente fácil encontrar un agujero de seguridad, y son el trampolín perfecto para acceder, por ejemplo, a grandes empresas de las que son proveedores.
Por otro lado, otra de las cuestiones que está minimizando la sensación de riesgo es considerar todavía hoy en día la ciberseguridad como un concepto futurista. Buscar soluciones que solventen los problemas actuales rápido hace que los próximos no se hayan puesto sobre la mesa. Así, en algunos casos, entre parche y parche se deja de lado lo realmente importante: una estrategia a largo plazo que haga que esas intervenciones urgentes dejen de ser necesarias y, sobre todo, que garantice la seguridad de toda la compañía. Las empresas aún no son conscientes de que en lo que atañe a la seguridad no suelen existir segundas oportunidades siendo la prevención la mejor manera de evitar males realmente mayores.
La realidad es que aunque algunas empresas se resisten a querer implementar la tecnología necesaria, en parte por esa percepción escasa -y errónea- del riesgo, hay algunos problemas ya actuales que seguirán incrementándose en el futuro y que serán los que generen las tendencias de actuación por parte de las compañías.
IBM publicaba un estudio en el que calculaba la media para detectar una amenaza en 2019. La misma estaba en 206 días. Y, en algunos casos, ni siquiera se detectaban los ataques. Por tanto, una de las tendencias e inversiones sobre las que girarán los planes de ciberseguridad empresarial en 2020 será la de cambiar esos datos y hacer que el tiempo juegue a su favor, y no como hasta ahora, en contra.
La tecnología que se ha desarrollado ha llevado a la red a lugares insospechados hace algunos años. El famoso IoT o internet de las cosas ha hecho que los riesgos se incrementen porque, además, suelen ser objetivos a los que el usuario no les presta la suficiente atención en cuanto a una percepción poco probable del riesgo que también es errónea. Por tanto, las compañías que ofrecen este tipo de servicios tendrán un 2020 de vértigo intentando aplicar la máxima de que prevenir es mejor que curar.
Uno de los pilares de la digitalización está precisamente en llevarse todo a la nube. Se calcula, según Forbes que el 80% de la carga de trabajo empresarial estará precisamente en ella en 2020. Por tanto, hay un mayor almacenamiento y procesamiento de datos que requieren una mejora de infraestructuras y de talento profesional en el cloud computing que garantice la seguridad. Si Gartner detectó que el 95% de los fallos de seguridad en la nube los cometía el cliente (las empresas que lo usan), es una asignatura muy pendiente en la que previsiblemente se trabajará este año.
Evidentemente, la transformación digital no es una cuestión únicamente de seguridad, pero la ciberseguridad es tan vital como que toda una estructura empresarial corre riesgo (reputacional, jurídico y de infraestructura) de caerse o de tener serios problemas. Es por ello que se le da la relevancia principal frente a otras cuestiones de digitalización. Y aún pese a estar entre las prioridades de la mayor parte de negocios, todavía hay, como vimos al inicio del artículo, quienes no han comenzado a tomarse en serio el reto. Está claro que si no es hoy, no se sabe cuando. Y ese cuándo está marcado por un tic tac de reloj que podrá hacer que mañana ya fuese tan tarde que la empresa no tendría futuro. Sin pretender ser alarmistas, lo mejor es consultar con verdaderos expertos que comiencen a trabajar en ese plan o aceleren el que ya tienes. Y en TicNegocios es precisamente a lo que nos dedicamos, además de informarte de todas esas tendencias que son una realidad en el mundo empresarial.
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