En la primavera de 2018, bajo el nombre “Project Natick”, Microsoft desplegó el Centro de Datos Northern Isles a 36 metros de profundidad en lecho oceánico. Durante los dos años siguiente se ha estado monitorizando y supervisando el rendimiento y fiabilidad de estos servidores. Para reducir la tasa de fallos (se elimina la corrosión provocada por el oxígeno, la humedad y los cambios de temperatura) y mejorar la refrigeración, el contenedor estaba rellenado con nitrógeno, por lo que el enfriamiento de los servidores se realizaba de forma totalmente pasiva gracias a las frías aguas del Atlántico norte. El objetivo era demostrar que este entorno era más estable que los datacenter convencionales. El punto final ha sido la recuperación del este contenedor, cubierto de elementos marinos que lo habían colonizado, y ha hecho que el Proyecto Natick haya confirmado las teorías y abre un nuevo horizonte en la estrategia de sostenibilidad de los centros de datos de Microsoft, desde el punto de vista logístico, ambiental y económico.
La idea surgió durante la Think Week de Microsoft en 2014, un evento que reúne a sus empleados para compartir ideas innovadoras. Este concepto se consideró una vía a explorar para proporcionar servicios en la nube eficientes y más sostenibles a las poblaciones costeras, consiguiendo al mismo tiempo un ahorro energético, al usar sistemas de refrigeración por intercambio de calor similar al de los submarinos, y una baja latencia, ya que más de la mitad de la población vive a menos de 190 kilómetros del mar. Se realizó una primera prueba durante un despliegue de 105 días en el Océano Pacífico, en 2015. En la fase II del proyecto, el Centro de Datos se sometió a prueba durante dos años. En ese periodo, la cápsula acumuló una considerable capa de algas, percebes y anémonas. Este contenedor permitió recoger datos con los que entender por qué los servidores en el Centro de Datos submarino resultan ocho veces más fiables que los instalados en tierra.
Otro de los pilares del proyecto fue la utilización de energía 100% renovable, de origen eólica, solar y marina, además de tecnologías experimentales de energía verde, para aumentar la sostenibilidad de este centro de datos. Incluso se ha llegado a planificar la instalación de granjas eólicas marinas vinculadas a estos centros de datos. La sostenibilidad se completa en el apartado de los repuestos. Un centro de datos sin necesidad de tener las luces encendidas, con alta fiabilidad de los servidores a los que basta con desconectar en caso de fallo, implica menos materiales y piezas de repuesto. Y por último pero no menos importante, el uso de agua marina implica que no hay que usar un recurso de alto valor como es el agua dulce.
En definitiva, con Project Natick, Microsoft ha comprobado la viabilidad de una alternativa potente que promete fiabilidad y velocidad de implementación y que, sobre todo, opera con energía renovable, lo que está ligado con el compromiso medioambiental de la empresa con la forma de operar de los Centros de Datos. Microsoft, de hecho, está trabajando para obtener acuerdos de adquisición de energía renovable de forma que, a mediados de esta década, se cubra con ella el 100% de la energía diaria que demandan sus Centros de Datos.
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